Ah! que más da, metí la pata otra vez, no sé que rara inclinación tengo a cagarla, será genético, karmico, o una mas de mis tantas disfunciones psicológicas, lo más probable es que con la estúpida manía que tengo de decir la verdad, me haya vuelto un incomprendido, pero racionalmente hablando no esta mal, solo que hay gente que no la aguanta, simplemente no se la traga.
Si te preguntan no esperan una respuesta, no! ;desean escuchar lo que ellos mismos se dirían mirándose al espejo, entonces agudamente me digo ¿ y para que preguntan? Obvio y yo que sé de estas cosas, porque he tenido que morderme la lengua, antes de lanzar mis opiniones, no es por hacer daño, es sinceridad sin filtro y sin lamer la bota, claro que, como mis dotes de clarividente se acabaron hace rato, nunca sé cuando realmente hice daño, luego lo descubro, de la manera mas idiota, poniendo atención a mi interlocutor, digo yo y si lo hubiera hecho antes? Otra gallina me cantaría.
Pobrecito el que se cruce en mi metralla de las verdades, eso sí las opiniones que no me han pedido me las guardo, no hay que estar tirándole los defectos en la cara a la gente, porque como dice el dicho, no veas la paja en el ojo ajeno, si no estas dispuesto a talar la araucaria de 30 metros del propio.
Sabias palabras, que debo recordar la próxima vez que me pregunten –¿ y tu que opinas? Le pondré candado a mi boca, tirare la llave, para que resulte más fácil, y sin culpa, “ el que calla otorga “ y todos felices.
Sabias palabras, que debo recordar la próxima vez que me pregunten –¿ y tu que opinas? Le pondré candado a mi boca, tirare la llave, para que resulte más fácil, y sin culpa, “ el que calla otorga “ y todos felices.
